Las discusiones en pareja son habituales y necesarias, permiten poner sobre la mesa la perspectiva de cada miembro de la pareja y ajustar las conductas de cada uno para que ambos estén lo mejor posible dentro de la relación. Cuando estas discusiones se centran en el problema, inconveniente o molestia que ha ocurrido en el momento, suelen ser beneficiosas. Pero otras veces pasa, que se centran en lo ocurrido en el pasado y se acusa a la otra persona: “es que tú siempre me haces lo mismo” “otra vez has vuelto a comportarte como un/a ________”
Este tipo de frases se usan para aliviar la frustración de uno de los miembros, porque es frustrante tener que repetir las mismas escenas sin que ocurra un aprendizaje. Pero este miembro de la pareja se está haciendo una trampa a sí misma/o, ya que este tipo de frases más que provocar un cambio, suelen generar otras emociones desagradables en la otra persona que te alejan de lo que quieres conseguir.
Las parejas que se centran en lo que ha ocurrido en este momento y dan instrucciones claras de lo que necesitan, tienen más probabilidades de obtener un ajuste de la otra persona. También hará que de la misma forma el otro miembro de la pareja haga lo mismo y nos dé instrucciones claras de lo que necesita para ajustarnos también nosotros. No hay que olvidar que aunque nuestra percepción pueda ser que es la otra persona la que se equivoca y tiene que cambiar, si estamos en una pareja el problema se vuelve un problema de los DOS (aunque fuera que tú pongas el 10% de esfuerzo y el otro 90%).
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